Caimito del Guayabal.
Mi pueblo en Cuba.

miércoles, 22 de diciembre de 2010

Bautizos en la Iglesia de Caimito. Sábado 18 de Diciembre del 2010. Cortesía de Roberto Viera











lunes, 20 de diciembre de 2010

Un comentario del Prof. Carlos Pereda Martinez


 Ayer a media tarde junto a mi querido perro Negrito quise caminar un poco, ya que aunque había bastante frío no hacia viento, cometí el hecho pecaminoso y masoquista de entrar a una dulcería cubana cerca de mi casa, ya que por ser prediabético me cohibo de ingerir dulces, siendo la ingesta de estos, mi alimento preferido pero la tentación pudo más que la abstinencia, entré y pedí un simple pastelito de guayaba que deboré en segundos, de esos que jamás saben como los que comíamos en Cuba.

 Me alegra el día salir a la calle y encontrarme con un rostro fémino bello,  encontrarlo es extraordinariamente placentero para mí, recuerdo que cuando hacía mis pininos universitarios descubrí la palabra esteta, y comprendí que esa debilidad mia concordaba con esa definición y … y al levantar la vista me encontré con una bella,  bellísima muchacha, encontré una de esos rostros que se te quedan impresos por su precisión, su simetría y su perfección, como con la edad dejas a un lado las inhibiciones , se los aseguro,  la miré inquisitivamente, con una mirada de contemplación sin líbido presente, máxime que se trataba de una veinteañera y por lógica,  la diferencia generacional impide, si eres normal,” vacilarla”, como decimos los cubanos de mi generación., cuando habló y ví su blanca y simétrica dentadura le otorgue el sello estatal de calidad, y me dije –esa niña tiene que ser cubana. La auténtica mujer cubana con clase se reconoce de inmediato, su blanca y delicada piel reflejaba esa descendencia directa de españoles, en ella no se cumple el supuesto axioma de que en Cuba “quien no tiene de congo, tiene de carabalí”, no, es una típica mujer blanca con exquisito rostro.

 Quienes me conozcan a profundidad, saben de antemano que con esa cuita no iba a quedarme, máxime siendo un chovinista ortodoxo con respecto a mi ciudadanía y ella dulcemente me lo reafirmó, con un simple---sí, soy cubana.

 Por su corta edad, por haberse criado en Norteamérica, país en donde se confunden las peras con las manzanas, me preguntó por lógica que por qué yo había determinado que era mi compatriota, si ella no poseía acento cubano y no me quedó más remedio que explicarle que me había ocurrido lo mismo que al insigne músico Ignacio Piñeiro, fundador del Septeto Nacional.

 Captando en su rostro que era la primera vez que oía ese nombre, que desconocía totalmente de quien hablaba,  tuve que hacerle la historia , doliéndome,  no tengo otra palabra para definirlo,  como nuestra juventud, la de aquí y la de allá,  desconoce los pilares básicos de la verdadera Cuba, la que no tiene que ver con imperialismo, ni con fidel, ni con los rusos, ni con el comunismo o capitalismo, o sea lo que es realmente nuestro acervo cultural.

 Hay una realidad histórica inobjetable Cuba ha de cambiar, de una forma u otra,  ahora o después, pero el hecho ocurrirá, no importa la resistencia que se le oponga al cambio, este vendrá como cae una fruta madura del árbol, es ley histórica, ya se palpa, ya se huele, y a todos, los de allá o los de acá nos preocupa y casi siempre vamos al plano de la reconstrucción económica, que es a mi modesto juicio lo más fácil de resolver y definir acorde a la revolución que ha sufrido la construcción en estos cinco decenios en la que la población cubana ha sufrido una dicotomía. Y olvidamos que construir edificios, casas, redes de comunicación, carreteras etc son cosas materiales de fácil solución siempre que exista interés por lograrlo, obreros estimulados a hacerlo y capital existente. Pero lograr reconstruir la psiquis nacional es algo en lo que definitivamente los educadores cubanos tendrán que trabajar duramente para lograr en las nuevas generaciones de cubanos, tanto en los de aquí, como en los de allá, cómo es en definitiva nuestra idiosincrasia, no la que poseen debido a la dicotomía que se nos impuso. Que Cuba no es Fidel, ni partido comunista, ni comité de defensa de la revolución, ni tampoco Cuba es la Yuma, país que nos acogió de forma generosa y humana pero en la que pocos han encontrado su hogar, te encuentras un cubano en cualquier latitud del planeta, nuestra diáspora es amplia, idéntica a la judía, y al preguntarle de dónde eres, residiendo éste, digamos en Los Ángeles te dice sin pensarlo: --de Pinar del Río. Necesitamos además conocernos al reencontrarlos y comprender que no puede pretenderse un retorno a algo que ya no existe, Cuba es como un río ya que sus aguas cambian constantemente pero que existe.

 Conoció  entonces que tuve el privilegio de asistir al último recital o concierto, como prefieran llamarle, que ofreció el Septeto Nacional, siendo ya acéfalo, pues su fundador, Ignacio Piñeiro, había fallecido en marzo de ese convulso 1969, fue un día de esos que uno recuerda eternamente por su grandeza humana, ya que los ancianos integrantes narraban antes de cada interpretación el origen de cada canción que interpretaron. 

 Contaron que se encontraban de gira en New York y que por sus compromisos no habían conocido prácticamente la ciudad y encontrábanse ansiosos en conocer la Quinta Avenida, que hicieron un alto,  y un medio día fueron a tratar de descubrirla, quedando como todo el que hace su debut en ella,  fascinados, por todo lo que ella posee, y que simplemente se sintieron atónitos al ver el río de gente, que sin atropellarse , se lanzaba a la calle para comprar su lunch, pasear o comprar, no podían comprender esa locura tan bien organizada, es cierto que ese río humano impacta siempre y que en medio de esa delirante masa humana corría, más que caminar, una preciosa jovencita que al ser detectada por Piñeiro  éste sentenció:--¡Esa mujer es cubana!......que ellos se rieron, le ripostaron,  y apostaron, ya que la amalgama racial que siempre ha poseído la Gran Manzana hace supremamente difícil determinar de qué país es determinada persona, pero que Piñeiro, cubano al fin y al cabo,  no se quedó con la duda, que corrió tras ella, que la abordó en un restaurancito de los cientos que siempre han existido y que al tenerla frente a frente solamente atinó a gritarle: ¡Tienes que ser cubana!

Que la muchacha se sonrojó al asentir, y que hubo de hacer la misma pregunta que la niña cubana que tenía ante mis ojos me había hecho minutos atrás,  y que su respuesta fue muy simple y definitoria………..Supe al verte que eres cubana, porque la cubana  es única , la cubana es la perla del edén. De ahí el origen de ese bello danzón que por nombre recibió “Esas no son cubanas” y que inmortalizó Barbarito Diez.
 Este simple diálogo, motivó a esta niña a interesarse en sus raíces, en su Cuba, y me prometió que al llegar a su casa, en sus ojos se le observaba el interés, buscaría en la red, el citado danzón, que me agradecía mucho haberle abierto los ojos de otra Cuba que no tiene nada que ver con problemas, ya ancestrales de política doméstica.
 Y yo sonreí, creo haber logrado convertir a una escéptica en creyente de nuestra cubanía.
 Profesor Carlos Pereda.
 New Jersey, Diciembre del 2010.
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viernes, 10 de diciembre de 2010

Fotos del Castillito de Caimito y vistas desde el campanario.


Castillito de Caimito, como verán, esta en ruinas, ahí estaría bien restaurarlo y alrededor construir una plazoleta con una bar-cafeteríia con mesitas con sombrillas donde uno pueda ir a conversar con amigos y disfrutar de una cervecita fría, un Mojito, una copa de vino, un Cuba Libre o Cubata, unas tapitas, una media noche, una frita cubana, un sandwich cubano, un pan con bistec, etc. Año 2000


Vista del pueblo desde el campanario. Año 1995-97


Como pueden ver la naturaleza invadió el castillito. Año 2000


Vista de Pueblo Nuevo desde el campanario de la Iglesia de Caimito. 


Pasillo alrededor de la Iglesia que conduce hasta Pueblo Nuevo.


Desde la torre del campanario. 1995-97




Desde el campanario. 1995-97, no estoy seguro.


Lo que aguanta la campana.



jueves, 28 de octubre de 2010

Iglesia Parroquial de CAIMITO DEL GUAYABAL. Por Yasser Peña Rodríguez



 Desde mediados del siglo xviii, los pobladores de toda la zona donde hoy se extiende territorialmente
el municipio de Caimito, en la provincia de La Habana, veían la necesidad de construir un templo. En el
año 1787, el señor don Antonio Rodríguez de Sosa, dona medio cuarto de caballería de tierra para la
construcción de una iglesia, la que se establecería en el poblado del Guayabal. Más tarde, el obispo
Santiago José de Echevarría la erigiría en Parroquial de Ingreso.

 La hermosa construcción fue visitada por varios obispos, entre ellos Juan José Díaz de Espada y
Fernández de Landa y, en 1863, Francisco Fleix y Solans. Según antiguos documentos, a principios
del siglo xix era una iglesia muy rica y de las mejores en su estado de conservación. Pero empobreció
junto al pueblo cuando decayó en la zona el cultivo del café y disminuyeron, por consiguiente, los
 ingresos. Durante llaúltima guerra de independencia contra el colonialismo español, al amanecer del
Domingo de Ramo, en el mes de marzo de 1896, la ilgesia fue destruida por las fuerzas cubanas.



Cuenta la leyenda que en 1862, un vecino de este pueblo, don Claudio Hernández Rodríguez,
persona muy religiosa, jugó un billete de lotería y anunció su propósito de emplear la mitad de lo que
obtuviera, en caso de que saliera premiado, como ofrenda a san Claudio y a la Purísima Concepción,
en la construcción de un templo católico en este pueblo. La suerte favoreció sus designios y el billete
salió premiado. Ese mismo año, el señor Hernández edificó a sus expensas una ermita en los terrenos
de su propiedad. La ermita quedó bajo la advocación de san Francisco de Asís. También en 1862, los
vecinos de Caimito le piden al obispo Fleix y Solans que declare a la Virgen de la Caridad patrona del
pueblo y de su iglesia. El buen pastor accedió al deseo del pueblo y la bendijo personalmente en el año
 1864.

 Para 1869, el cura párroco era el presbítero José Cecilio de Santa Cruz, y es de destacar que en la
delación hecha el 12 de diciembre de 1863 ante el Comandante Mayor de Dragones, en los Autos de
la causa que se instruía sobre la conspiración conocida como los Soles y Rayos de Bolívar, aparecía
la figura de este sacerdote, natural de La Habana y de 53 años de edad, que fue finalmente detenido
el 6 de febrero de 1869 y deportado en el vapor “San Francisco de Borja” el 21 del mismo año.

 Al llegar el año 1872, el párroco, con permiso del obispo fray Jacinto María Martínez, traslada su
domicilio del poblado de Guayabal para Caimito, que para esta fecha contaba con 57 casas. Mientras
que Guayabal sólo contaba 27. El párroco trasladó también el Archivo Parroquial y la Pila Bautismal. En
1880 era don Francisco Revuelta y Argüezo el sacerdote que ejercía dicha responsabilidad.

 Durante todo este tiempo, la prosperidad material de Caimito iba en aumento. Lamentablemente,
en 1893 un rayo daña considerablemente el templo. El día 13 de mayo de 1893, alrededor de las
diez de la noche, el habitual silencio del pueblo fue turbado por la alarma de un violento incendio que
destruyó la ermita, construida 28 años atrás. Las primeras noticias de la conflagración corrieron por
todo el pueblo con la misma velocidad del rayo, y prontamente las autoridades y vecinos de la localidad
vinieron a luchar contra el voraz elemento. La ermita quedó totalmente destruida, pero los esforzados e improvisados bomberos lograron salvar parte de los 
 
libros, las campanas y algunas imágenes. La de la Purísima fue rescatada del fuego por Francisco Urra. Esta imagen la había regalado a la iglesia la familia Valor. Gonzalo Riverón salvó el confesionario.

Inmediatamente las familias religiosas procedieron a gestionar la reconstrucción del templo católico. Se realizaron varias colectas y con el auxilio de las autoridades eclesiásticas, se comenzaron las obras. En 1894 se concluyó la construcción de la iglesia parroquial de este pueblo. Tras ser reparada, quedó con un metro más de alto, dos habitaciones de fondo; la nave alcanzó 25 metros de largo y seis de ancho. Para su reinauguración se efectuó una fiesta religiosa los días 30 de junio y primero de julio de aquel año. El 30, a las seis de la tarde, se celebró la bendición. Ofició esta ceremonia el presbítero Eduardo Ferrer y Daniel, quien fue el primer cura párroco de la iglesia, y era el cura
En septiembre de 2007, el pueblo vio renacer de la procesión de la Virgen por las calles aledañas a la iglesia.
 
propietario vitalicio de la Parroquia. En 1897 hacen donación de todos los terrenos que circundaban al
templo.

 En 1917, la iglesia dona al pueblo el terreno del frente, pues los habitantes de Caimito necesitaban
tener un parque. Entrega también una franja de terreno que se hallaba a su lado derecho para que
los vecinos pudieran comunicarse con mayor facilidad en su tránsito hacia Pueblo Nuevo. En el año
1921, siendo cura párroco el presbítero Estanislao Sabarroja y Ballonga, se le pusieron al templo los
pisos de mosaicos y se verificaron reparaciones en las ventanas y escaleras. Se instaló además, una
lámpara de luz eléctrica y se adquirió una serafina. En 1923 se hicieron otras reparaciones de
importancia; en 1925 se reconstruyó totalmente el techo, mientras que en 1926 se haría lo mismo
con la fachada y la cúpula, y en noviembre del mismo año, se renovaron las puertas y el tejado que
fueron destruidos por el ciclón de octubre. Todas estas obras se ejecutaron siendo cura párroco el
mencionado presbítero Sabarroja, muy estimado en la localidad. Ya en 1928, el nuevo pastor sería
el presbítero José María Fernández y Gayol.

 En la década del 30 se le hicieron algunas reparaciones en el techo, y por los años 50 se le agregaron
dos cuartos y un salón al fondo. También por estos años se funda en la parroquia la Unión 137 de la
Asociación de Caballeros Católicos, de la que fue su primer presidente el señor Pablo Peña y que
llegara a contar con aproximadamente 25 caballeros. Son ellos, precisamente, quienes financian la
construcción de un salón aledaño al templo y que sería la sede de la Unión hasta su desintegración
en septiembre de 1960.

 En 1975, por iniciativa del presbítero Félix Hernández Fundora y de la comunidad cristiana, y con la
ayuda del señor Arzobispo, se reparó nuevamente el templo. Esta vez sufrió grandes transformaciones
en el Presbiterio, que era completamente de maderas preciosas y pasó a ser de yeso.

 En 1994, al ser azotado el territorio por la Tormenta del Siglo (13 de marzo), se daña la totalidad del
techo y otras partes del templo. Horas después la iglesia recibe la visita del arzobispo, monseñor Jaime
Ortega Alamino.

 Finalmente, en agosto de 2004, el paso del huracán Charley por las cercanías del territorio caimitense,
representó un importante daño material a la localidad, incluyendo al templo parroquial que resultó
totalmente afectado. Por tal motivo, la celebración de los sacramentos se comenzó a realizar en un
salón anexo al templo.1 Tras un año de espera y trabajos de reparación, con la activa participación
del párroco, padre Vicente Abreu Fernández, el templo reabrió sus puertas en julio de 2005.

 En septiembre de 2007, en ocasión de la fiesta patronal de la comunidad católica de Caimito, la
solemnidad de Nuestra Señora de la Caridad, el pueblo de este municipio vería con asombro de
algunos y alegría de muchos, el renacer de la procesión de la Virgen por las calles aledañas a la
iglesia. Tras muchos años de imposibilidad, la Virgen nuevamente salía a bendecir al numeroso grupo
de fieles que a pesar de la insistente lluvia se reunía para tan esperado momento. Ellos, sus familias,
y todo el pueblo estuvieron por breve tiempo bajo la mirada maternal de quien no olvida rogar por esta
porción de la iglesia habanera que, aun bajo las más disímiles dificultades, ha logrado mantener viva la
semilla de la fe. Quiera Dios que esta vuelta de la procesión de la Caridad sea el primer paso de un
renacer del amor a Dios en todo Caimito.

Nota:
1. El salón, otrora sede de los Caballeros Católicos, estuvo en manos ajenas a la Iglesia durante largo 
tiempo, hasta que pudo ser recuperado, gracias a la constancia del cura párroco, Manuel López Arrieta.

Miscelaneas de fotos Caimito incluyendo desde el Espacio


En el repartico nuevo. Fotos de Internet



Casa en el repartico nuevo


Carretera Central en día lluvioso


La casa de los gallegos que eran dueños de la fábrica de Embutidos El Turia.



Fotos Google de Caimito del Guayabal desde el Espacio.



Foto de todo el pueblo de Caimito desde las alturas.





sábado, 18 de septiembre de 2010

Nuevas fotos de la Fiesta de Caimito. Cortesía de Albita Echazabal Machado


Albita Echazabal Machado, lista para salir a la Cena Bailiable del Municipio de Caimito en el Exilio el 11 de Septiembre del 2010. Ella y su hermana Aurora, son las principales promotoras de todos los eventos del pueblo. Quiero darle las gracias a nombre de todos los caimitenses.



 Ahí vemos a la Familia Machado, una familia muy querida y respetada por todos los caimitenses, y el cerebro de todas las celebraciones del municipio. Quiero darle las gracias por mantener vivo el espiritu del pueblo y sin ellos esto no hubiese sido posible, Dios les bendiga y les de mucha vida y salud. Gracias por vuestra amistad y cariño. J.R.





Bailando 









Aurora Machado bailando, la otra pieza principal en todo esto. Gracias por poner todo tu esfuerzo en mantener a los caimitenses unidos y en poder recaudar fondos para algún día invertirlos en obras buenas para pueblo.



 Albita, Tony Martínez y su esposa que fue quien se ganó la Virgen de la Caridad del Cobre.



 Por fin apareció San German, su hija Roxana estaba un poco triste porque no se veía en ninguna foto, pues ahí lo tienes y muy bien que salió en la foto.



La Familia Machado
















La Patrona del Municipio de Caimito del Guayabal la Virgen de la Caridad del Cobre.




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