La economía caimitense de los cincuenta era la típica de monocultivo, las dos fuentes principales de ingresos eran el central azucarero Habana, que analizamos en anterior comentario y el tabaco.
Recordaba después de ese articulo que no había señalado que las labores contabilisticas así como todo lo referente a la exportación de azúcar se realizaban por tres personas, dos secretarias de lo que hoy se conoce como secretarias ejecutivas y un solo contador, pero contador de verdad que se llamo Aguinaldo Castro.
Llego la barbarie y con ella fueron retiradas estas personas, que dicho sea de paso estaban en sus mejores años profesionales, recuérdese que el tiempo de vida laboral de un profesional es muy distinta a la de un obrero, este cuando es sesentón o mas es cuando mas rinde, pues tiene el cúmulo de la experiencia, pero llego la planificación de la economía, nombre bello, precioso, pero que encierra la destrucción de la economía cubana.
La casona de descanso de la familia propietaria del ingenio no alcanzo para la cantidad de empleados de contabilidad que fue necesario utilizar, y hubo que construir una nave anexa para albergar al resto de la burocracia, no obstante nunca mas el central fue ni medianamente rentable.
O sea que esta simple anécdota demuestra que nos oponemos al socialismo no por capricho sino porque sencillamente no funciona.
Retomemos el tema...el tabaco.
Sembrar tabaco es lo mas fácil del mundo, una postura o sea una pequeña planta se siembra, y se espera crecer, se esta al tanto de que no la queme el frío, y en cualquier clima medianamente estándar se da, pero de eso a tener una hoja de tabaco con calidad hay una distancia enorme.
Es por ello que en el mercado actual existe tabaco hondureño y dominicano que tiene un Standard de calidad bastante bueno, pero según los expertos no llega nunca a la calidad de la hoja cubana, es de señalar que esta producción obedece a que después de 1979 con las visitas de la llamada "comunidad cubana en el exterior" se saco clandestinamente de Cuba posturas de varias regiones, fundamentalmente de San Juan y Martínez y del Hoyo de Monterrey. (Léase Bauta y Caimito).
La calidad del tabaco cubano estriba en dos cuestiones, la primera de ella el tipo de suelo, o sea la tierra. No existe en otro lugar del mundo suelo con las características de San Juan y Martínez y del Hoyo de Monterrey.
El de San Juan y Martínez es un suelo grisáceo, completamente granulado, que absorbe el agua en segundos y que mantiene la humedad, al estar ubicado en la parte mas estrecha del país los vientos alisios mantienen una temperatura óptima, de ahí que las hojas de San Juan siempre fueran y son maravillosas, en tamaño y en aroma. La segunda cuestión es la experiencia en la manipulación de la planta.
El cultivo de esta en nuestra Patria hacia que de hecho fuera un cultivo gourmet, al punto de que toda la plantación se tapaba con tela de mosquitero para que los insectos así como el frío o exceso de calor no quemara la hoja, y las casas de almacenamiento, eran mas que almacenes, verdaderas obras de arte en carpintería.
Esas mismas condiciones excepcionales se daban en nuestra zona, o sea que el área de Bauta y Caimito era lo que se conocía como el Hoyo de Monterrey, produciéndose en aquellos suelos rojizos la hoja con la que se sella el puro o sea la hoja final y dos familias, se dedicaron al cultivo de ella, la familia Sosa, y la familia de los Llanes, desarrollando la segunda fuente de ingresos de la localidad. Todo el proceso terminaba en el centro de selección o escogida como se le conocía, que dio empleo a casi todas las mujeres del pueblo que necesitaban trabajar.
Con la excepción de la escogida que no se si existe actualmente, todo lo demás desapareció, fueron destruidas, las casas centenarias que costaban una fortuna, casas hechas con pinotea, o sea un pino de una calidad superior que al tener brea pura era prácticamente eterna la construcción, fueron quemadas miles o decenas de miles de cajas de almacenar las hojas de capa construidas de cedro puro y con años de secado. Y de las tierras que? ....Bien, gracias, fue a Cuba un francés que aconsejo sembrar una hierba llamada pangola para alimento ganadero y toda el área fue demolida, roturada y sembrada de la misma.
Al final, a las vacas no le agrado la hierba, amen de que para lograrla tenia un costo de regadío impensable y así se acabo para siempre con la tradición tabacalera de la zona. Ni pangola,...ni tabaco......................eso trajo la economía planificada.
Como comentario final quiero señalar que aun hoy, hay fumadores expertos que debido a las referencias y a las anécdotas aun preguntan por que no hay tabaco del Hoyo de Monterrey,...... un fanático de este tipo de tabaco hasta el fin de sus días fue el premier británico Churchill, y el castrismo supo abastecerlo hasta que murió, para el se dejo una pequeña finca dentro de la pangola, pues el margen de ganancia que dejaba era extraordinario.
O sea, que cuando la normalidad llegue a nuestro pueblo, y todo parece indicar que al fin llegara, una de las primeras fuentes económicas que hay que rescatar es la del tabaco, pues esas tierras tienen una calidad súper excepcional y nos posibilitaría comenzar la reconstrucción con las técnicas actuales. Y se que nuestro pequeño pueblo saldrá adelante, con libertad todo se obtiene y necesariamente trabajando sin odio y sin rencores...............................
Carlos Pereda Martínez
New York, febrero 23, 2008
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